EL CEREBRO HUMANO Y SU CONDUCTA
  Psicopatología
 

 

Definiremos la psicopatología como ciencia que estudia la vida psíquica anormal.
Palabra que deriva de las palabras griegas "psique":alma; "pathos": sufrimiento, enfermedad y "logos": conocimiento.
Vamos  analizar esta definición en tres sentidos:
a) Qué clase de ciencia es la psicopatología y cómo se relaciona con otras áreas del conocimiento científico.
b) Cómo estudia sus objetos de conocimiento: con qué métodos trabaja.
c) La vida psíquica anormal: qué significa este concepto.

LA PSICOPATOLOGÍA ES UNA CIENCIA ESPECULATIVA ESENCIALMENTE TEÓRICA. La psicopatología tiene sus raíces en la psiquiatría.
 
El intento de una comprensión de las perturbaciones del psiquismo desde las ciencias naturales comenzó de
nuevo en el Renacimiento pero con timidez y resistencia. Lo que fue estímulo para las artes y las letras, en otros campos fue severa persecución.
Para la psiquiatría el renacimiento recién sobrevino con la Revolución Francesa, con Pinel y Esquirol. El primero liberó a los alienados de sus cadenas en un gesto simbólico que pasó a la historia. Hasta entonces el más leve de sus suplicios era ser expuestos al público en espectáculos circenses al lado de deformados físicos.
Recién en los albores del siglo XIX el estudio de las enfermedades humanas abarca las perturbaciones mentales, inaugurando la psiquiatría científica con el propósito de un trato médico para el perturbado. En nuestro territorio las cosas no fueron demasiado distintas, las supercherías europeas importadas por la conquista se superpusieron con las leyendas indígenas.

Cuando la psiquiatría se convirtió en ciencia lo hizo bajo líneas positivistas: durante todo el siglo pasado enfermedad fue organicidad. El postulado dominante, de Griessinger, fue: las enfermedades mentales son enfermedades del cerebro.
El estudio de los pacientes se hizo sobre el modelo semiológico de la medicina general. De un modo aislado, se estudiaron las funciones del cerebro que pueden perturbarse por separado o asociadamente, según su localización en el órgano y la extensión de la lesión.
Los síntomas decían de la falla del órgano como en un enfermo del hígado, por ejemplo, perdiéndose totalmente la personalidad del paciente en la atomización. Lo esencial del trabajo científico consistía en localizar la lesión, como lo intentaron Meynert y más tarde Wernicke o Kleist.

El análisis psicológico de la persona, como lo entendemos hoy en día, pertenecía al campo de la literatura. La investigación de la motivación de la conducta humana no tenía cuerpo científico. La comprensión del sujeto de la vida psíquica, fuera esta normal o anormal, había sido encarada más profundamente por escritores como
Cervantes, Shakesperare o Dostoievsky que por psiquiatra alguno. El pensamiento médico estaba dominado por un determinismo basado en lo constitucional, y se extendía en el estudio de tipologías hereditarias del carácter, ancladas en lo biológico. Las investigaciones buscaban en el físico los estigmas degenerativos para explicar las anormalidades del carácter: las ideas de Lombroso, por ejemplo, impregnaron la criminología. En psiquiatría Kretschmer aseguraba
haber hallado los modelos de correspondencia entre el tipo físico y la enfermedad mental: la esquizofrenia y la psicosis maníaco depresiva y formas atenuadas como personalidad se desarrollan respectivamente en leptosómicos.

Entendiendo que el conocimiento de la organicidad era necesario pero insuficiente, se fue haciendo imprescindible fundar una psicopatología, como ciencia que reconociera a un hombre-persona. Alguien que más allá del síntoma-lesión, fuera visto en la totalidad de su realidad anímica: un sujeto de deseos y frustraciones, éxitos y fracasos, con relaciones interpersonales, vida cotidiana y una historia.
 
RELACION CON OTRAS CIENCIAS
La psicopatología guarda estrecha relación con ciencias conexas o alejadas con las que mantiene un
permanente intercambio. Tomando ejemplos tan distintos como la neurología y la antropología cultural, podemos ver como el desarrollo de esta última influyó en la modificación de modelos genéticos de la primera.
La psiquiatría es eminentemente práctica, a diferencia de la psicopatología. Etimológicamente deriva del
griego "iatros", curar, y su misión es la aplicación del conocimiento con finalidades concretas: es la rama de la
medicina que se ocupa de la curación de las enfermedades mentales.
Pero el psiquiatra es y se convierte en psicopatólogo en la medida en que debe comprender los fenómenos y
las leyes que constituyen sus objetos de trabajo. Este conocimiento precede y fundamenta toda técnica curativa.
Lo que el psiquiatra toma de la psicopatología lo devuelve a ésta en forma de verificaciones y
rectificaciones. El intento de comprender la enfermedad va siempre por el mismo camino que la necesidad de curar, y los tratamientos aplican o desestiman las teorías psicopatológicas.
En cuanto a la psicología, fue tentador presentarla como una base, al modo de la fisiología, pero en realidad, las psicopatologías de Jaspers y de Freud se nutrieron de si mismas y desde la patología extendieron sus
descubrimientos a la psicología general: valga por ejemplo la sexualidad infantil.
Otra tentación es que una ciencia se ocupe de lo sano y otra de lo enfermo, pero ¿qué es lo sano?. Pensamos
que ambas ciencias se relacionan en un cuerpo conceptual cada vez más unitario.
No abundaremos en extensión respecto de la medicina, la neurología, la lingüística o la antropología
cultural. Sólo señalaremos con énfasis que la psicopatología exige una vasta información en numerosos campos.
ALGUNAS CUESTIONES EPISTEMOLOGICAS
El psicopatólogo no puede ser verdaderamente científico sin una sólida base epistemológica. No podría
diferenciar nunca una teoría de un disparate, o por el contrario, llegaría a desconfiar de sus descubrimientos como observaciones sin valor.
La epistemología es la ciencia que estudia la producción del conocimiento científico. Al investigar las leyes
que rigen la ciencia, regula las diferencias entre ésta y los saberes precientíficos.
La ciencia es trabajo porque para aprehender su objeto debe ejercer sobre él determinada energía, cierto
esfuerzo que tiende a producir una transformación en lo desconocido. Este esfuerzo será tanto mayor cuanto mayor sea la resistencia (complejidad) del objeto de estudio.
así como la resistencia de los objetos físicos obligó a la humanidad a desarrollar aparatos y técnicas de
observación capaces de multiplicar la eficacia limitada de los órganos sensoriales, y debió hacerlo de formas
específicas para cada objeto de estudio; así también la investigación psicopatológica hubo de crear sus propios
instrumentos para el estudio del hombre psíquicamente enfermo. A esta resistencia de los objetos al conocimiento
científico se la denomina obstáculo epistemológico.
Pero el obstáculo tiene una segunda forma, epistemofílica, determinada por la naturaleza social del
conocimiento, tanto o más importante que la primera: la resistencia de todo conocimiento anterior a ser
desplazado por uno nuevo.
Tipos de resistencia pueden ser las ideologías, el llamado "sentido común" y los prejuicios. Por ejemplo,
tras la tesis sobre la etiología sexual de las neurosis, Freud fue objeto de un gran vacío por parte del ámbito
científico. Dolorido, recordaba que esas ideas en realidad no le pertenecían de un modo tan original, que famosos maestros y colegas afirmaban lo mismo, pero en forma de chistes, como opiniones familiares de sentido común que no debían ser tomadas en cuenta con seriedad científica.
Para pasar de una opinión natural a un concepto científico, a una verdadera hipótesis a generalizarse, es
necesario un salto del pensamiento por sobre sus resistencias.
Como vemos, la tarea del psicopatólogo sólo puede concretizarse tras la superación de numerosas
dificultades.
Comienza en la observación minuciosa de los fenómenos, cuyos datos registra, describe, clasifica y
correlaciona. Pero el científico siempre entiende por realidad algo que está más allá de lo accesible a la percepción inmediata, de la que desconfía, ya que sólo evidencia efectos. Su trabajo fundamental es el conocimiento de las
leyes que determinan los efectos.
En cuanto al fenómeno, siempre da cuenta de lo que su apariencia encubre. De este modo trabaja también el
psicoanalista, con fenómenos empíricos como el sueño, por ejemplo: lo manifiesto disfraza, distorsiona, encubre lo latente, pero también contiene los datos que permiten conjeturarlo. La actividad científica implica cierta
desnaturalización de lo inmediato, una ruptura con la evidencia aparente sin la cual no existiría el conocimiento.
Castilla del Pino descompone el discurso psicopatológico en cuatro niveles:
a) Observacional
b) De los procesos psicopatológicos
c) De las teorías explicativas
d) Metateorético
A) Nivel Observacional
Es el nivel descriptivo, son su objeto todos los actos que constituyen la "conducta". Castilla es firme
partidario de utilizar esta palabra (del latín conduire, conducir) para designar aquellos actos provistos de un sentido.
Pero en seguida plantea el problema de si algunos actos son conducta y otros no, según se les pueda investigar
intencionalidad interrelacional: automatismos como el bostezo, por ejemplo, desde el momento en que pueden expresar algo, (como aburrimiento) también son conducta.
El conductismo llama conducta a todo comportamiento de un organismo como respuesta a un estímulo, la
actividad animal, por ej. El psicoanálisis, en un sentido inverso, en toda actividad humana puede investigar
conducta, en el significado de motivación latente. Por ejemplo estudiar el deseo inconciente subyacente a distintas enfermedades orgánicas. Hay dos cosas indudables: 1) la subjetividad del propio sujeto en cuanto a lo casual y sin sentido de algunos de sus actos no es confiable; como se deduce de la observación de equivocaciones (fallidos),
puede desconocer su motivación; 2) cualquier actividad de un sujeto (enfermarse por ejemplo) puede afectar a
otros, que tienden a interpretar una motivación.
Más allá de esta cuestión acerca de si existen actos aconductales queda una reflexión: ¿se han de observar
todos los actos o sólo los anormales?.
Aún si fuera posible esta tajante diferenciación, que es arena movediza, hacerla sería tarea del
psicopatólogo. ¿Cómo podría entonces discriminar lo anormal sin estudiar la totalidad, desprovisto de
apriorismos?. Hoy no existe una psicopatología pura de "lo patológico", como no existe una psicología pura de "lo
sano".
B) Nivel Procesal
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Normalmente observamos a un sujeto de un modo familiar. Inferimos la intencionalidad de sus actos en un
momento intuitivo, de percepción totalizante. Un comensal se sienta a la mesa de un restaurante y "sabemos" que va a comer. En relación con el resto del contexto el significante es claro y no requiere un desciframiento trabajoso:
lo comprendemos por identificación pues hace lo mismo que nosotros cuando vamos a comer.
Pero esto no es razón suficiente para que sea verdad, en realidad no lo sabemos, conjeturamos que va a
comer, podría estar allí por alguna otra razón. Tal como en las películas de espionaje, podría tener una motivación
oculta para nosotros, que desconocemos el contexto.Por ejemplo un encuentro.
Hay entonces actos objetivos que podemos observar, y otros, internos, de pensamiento, que no. Por
supuesto, esto vale desde nuestro lugar externo:
1) el señor conoce el sentido de su presencia en ese sitio, o
2) podría conocer más de un motivo a través de una introspección, o
3) además de los que conoce tiene otros motivos totalmente inconcientes que ignora. Un investigador sólo podría intentar su interpretación.
Este es el que llama nivel procesal, el de la conjetura acerca de lo no observable de la conducta: su proceso
interno.
C) Nivel Teórico
Para Castilla el objeto de la psicopatología es el acto de conducta, entendido por tal un acto de relación,
significante para el otro. En él se distinguen dos partes diferenciables:
1. Lo observable.
2. Lo no observable, pero inferible.
Este segundo segmento es el del proceso interno y contiene la motivación o sentido del acto.Mientras el
primero es susceptible de verificación, en el segundo sólo cabe la aproximación conjetural.
Castilla restringe la categoría "explicativas" a las teorías descriptivas que se ocupan de lo objetivo y a las
del campo de lo no observable, como las psicoanalíticas, las denomina "interpretativas". Son probabilísticas y su misión es ofrecer la mejor interpretación posible dentro de las conjeturas supuestas.
D) Nivel Metateorético
Se ocupa de la lógica de las operaciones teóricas en juego. Su estatus depende del cumplimiento de
condiciones generales de la epistemología:
1.- de lenguaje. Deben poseer un discurso comunicable.
2.- de verificación. Que no se pruebe lo contrario.
3.- de coherencia interna. Los enunciados no deben ser contradictorios.
El psicoanálisis ha creado problemas nuevos a la epistemología. Debe verse en dos perspectivas:
1° - Desde el método terapéutico y la psicopatología: su objeto es la investigación de la intencionalidad
de la conducta (para su eventual transformación). Lo hace interpretando los fenómenos sintomáticos como efectos del inconciente. De ese modo se remite a sus descubrimientos conceptuales:la regresión, el inconciente, sus leyes,
etc.
2° - Desde la psicología: su objeto es el inconciente y las leyes que lo determinan.
DE LOS MODOS DE APROXIMACION AL OBJETO
EMPIRISMO
Es el tipo de pensamiento para el cual el conocimiento está basado en la experiencia y en ella radica la
validez del mismo.
En sentido aristotélico,la experiencia es todo conjunto de datos originado en la percepción de algo
particular. En el medioevo va adquiriendo el significado de la percepción inmediata de procesos internos, como la fe: ya alude a una experiencia psicológica. En ésta se basan evidencias místicas de carácter sobrenatural.
Cuando Bergson se refiere a los datos inmediatos de la conciencia, alude a la intuición, como la experiencia
subjetiva de lo inmediatamente dado. También para Husserl la experiencia fenomenológica es primaria, anterior a la del mundo natural.
Lo esencial de esta corriente es el privilegio de la experiencia sobre la abstracción. Las teorías y los
conceptos no son rechazados, pero su aceptación es desconfiada, sobre todo si se trata de universales.
El empirismo polemiza con el racionalismo especialmente acerca de los contextos de verificación de hipótesis. Sólo se considera verdaderamente empírico lo que se manifiesta como fenómeno directamente
aprehensible; en una postura extrema, el empirismo inglés (Berkeley) había cuestionado la existencia misma del mundo físico. Aquello que no es viable captar de modo directo, aunque se verifique a través de sus
manifestaciones, no tiene presencia empírica y es rechazado como objeto "real", es una creación "racional" (el concepto) destinada a explicar lo sí directo y manifiesto. Sucede así por ej. con el inconciente: no es un fenómeno empírico porque no es accesible a la percepción directa del observador; es un objeto conceptual, teórico, de orden racional, con el que se explican fenómenos empíricos del psiquismo.
Así dice Jaspers: "... Los procesos extraconcientes cuando no son procesos corporales que podamos
percibir, no se pueden demostrar nunca" ... "son por tanto imágenes teóricas de pensamiento, sobre cuya
conveniencia y falta de contradicción se puede disputar, pero cuya realidad no puede o no debe ser demostrada en absoluto".
Sobre la base de la existencia de distintos tipos de experiencia, Dilthey separa las ciencias de lo "físico
natural" de las "espirituales", afirmando que deben utilizar métodos distintos para aproximarse a sus objetos.
Jaspers dice que "no pueden aplicarse a la res cogitans los métodos de la res extensa".
Pero su rechazo a la atomización funcional de base anatómica se expresa como rechazo al método científico corriente; esto marca, como veremos, una diferencia importante con Freud.
Así repudian el determinismo de tipo físico en las ciencias psicológicas, no aceptando comprender los
fenómenos por leyes de causa-efecto. Por el contrario, afirman que sólo se pueden verificar correlaciones empíricas del tipo motivo-reacción para convertir en objeto de estudio la intencionalidad del acto psíquico y hacer presente al sujeto.
Dilthey fue el primero en llamar "comprensión" y "explicación" respectivamente, a las formas de
conocimiento que corresponden a lo psicológico y a lo físico-natural.
Desde estas posturas se desarrollaron la psicología comprensiva y la psicopatología fenomenológica, cuyo
enfoque con técnicas peculiares , se caracteriza por su extremado rigor en la observación, el análisis minucioso y la descripción de lo esencial de los fenómenos empíricos subjetivos tal como se dan en la conciencia.
El empirismo moderno no polemiza sólo con el racionalismo científico, sino también con el empirismo
"ingenuo" de herencia positivista de la psiquiatría clásica, que clasifica en grandes conjuntos los signos y síntomas y los correlaciona con los datos anatómicos, haciendo taxonomías y formulando leyes empíricas.
Desde el empirismo ingenuo, por ejemplo, se caracterizaron como síntomas de la enfermedad y se
explicaron por la misma rasgos de conducta de los internados crónicos que en realidad se originan en su
prolongado hospitalismo.
RACIONALISMO
Se caracteriza por desconfiar de la experiencia sensible. Esta ofrece una verdad aparente y engañosa que
sólo el método puede penetrar y en última instancia conocer a través de la razón. La realidad de los objetos no está entonces en su apariencia sino en su conocimiento racional, fruto del trabajo hecho con su representación
conceptual.
El racionalismo tuvo mucha importancia en la filosofía griega, con Parménides y Platón. En el medioevo
apareció muchas veces en paralelo al intuicionismo,que tomaba la razón perfecta como una intuición completa. En el siglo XVIII se convirtió en una actitud filosófica tendiente a integrar la experiencia con normas morales y
sociales.
En el siglo XIX se amplió en los intentos de convalidar explicaciones teóricas de la evolución del hombre y
su historia.
Como sucede con el empirismo, el racionalismo engloba numerosas líneas de pensamiento. En lo esencial privilegia la creencia en el poder de la razón y en la capacidad de la ciencia para abarcar lo universal y dar
respuestas.
Nada ocurre "porque sí"; a todo fenómeno le corresponde una causa que lo provoca que puede determinarse, cuantificarse y explicarse en virtud de una ley de necesidad. Así lo no conocido puede llegarse a conocer y las teorías tienen verdadero estatus de conocimiento.
Una de las formas importantes del racionalismo es la dialéctica. En la antigüedad, Heráclito vio las
relaciones matemáticas como estáticas señalando que la inteligencia debe reflejar una realidad dinámica, un
devenir y un movimiento:..."las cosas son una y todas". "Nadie se baña dos veces en el mismo río". "La razón es lo único que puede abarcar el movimiento a la vez afirmándolo y negándolo".
Los tres momentos de la dialéctica moderna fueron enunciados por Própulo, amigo de San Agustín: tesis,
antítesis y síntesis. En 1807 Hegel publicó la "Fenomenología del Espíritu", señalando que: "La dialéctica es la naturaleza misma del pensamiento" y que "No hay posibilidad alguna, salvo la ideología, de pensamiento no dialéctico" (ideológico alude a la falsa conciencia o conciencia enajenada en lo aparente). La tríada hegeliana es la siguiente:
Tesis: percepción
Antítesis: entendimiento
Síntesis: conciencia (objetivación racional del conocimiento)
El análisis del despliegue dialéctico de la razón permite encarar de modos nuevos el problema del
determinismo. A diferencia del mecanicista, el dialéctico se basa en principios de movimiento y contradicción. Este momento filosófico permite entender mejor la psicopatología moderna, en la que el concepto de conflicto dinámico sustituye al de lesión.
Por ejemplo: si un objeto, A, actúa empujando a otro B, decimos que el primero es causa, efector, y que el
segundo ha sido afectado. En este modelo, B sufre una transformación por causa de A.
A ------_ B
Pero si tenemos en cuenta que B necesariamente ofrece alguna resistencia a ser empujado, deducimos que A
desgastó parte de su energía cinética para hacerlo. De modo que a causa de la resistencia de B, el objeto A también
sufrió una transformación.
A _------_ B
En este segundo modelo ambos objetos, el "causante" y el "causado", son afectados: están coimplicados en
la interacción.
El primer modelo intenta ser una grosera simplificación del determinismo mecanicista y el segundo del
dialéctico. Esto se aclara más aún con el modelo informacional: el estudio de los mensajes que emite un sujeto debe integrar las respuestas de los receptores y cómo éstas los afectan: no existe un emisor en estado puro.
ENFOQUE TAXONÓMICO
Es el de la psiquiatría llamada clásica o fenoménica. Se ocupa fundamentalmente de describir y clasificar
fenómenos psicopatológicos empíricos objetivos, aquello que se pone en evidencia de modo manifiesto en la observación clínica del paciente, sin tener en cuenta la vivencia.
Esta forma de aproximación al objeto se ubica en el empirismo positivista. Establece correlaciones
siguiendo los métodos clásicos de la medicina y así agrupa los síntomas en conjuntos que reciben el nombre de sindromes o enfermedades según su complejidad, y que relaciona con los sustratos anatomopatológicos y
neurofisiológicos para establecer diagnósticos clínicos.
Por ejemplo, a fines del siglo pasado con la era pasteuriana, la búsqueda de los agentes infecciosos dominó todos los campos de la medicina, incluída la psiquiatría. Una de las enfermedades predominantes en la población manicomial era una demencia, hoy poco frecuente, llamada Parálisis General Progresiva (PGP). Pronto se
descubrió que la etiología era la sífilis, convirtiéndose la PGP en un modelo de estudio de las enfermedades
mentales.
Pero esta generalización fracasó y las más exhaustivas investigaciones en el cerebro de enfermos graves,
como delirantes crónicos, maníacos y melancólicos, no encontraron huella de lesión alguna. Por eso la psiquiatría clásica denomina "endógenas" (desde dentro de la psique) a las enfermedades psicóticas sin lesión, y la palabra "exógenas" define a todas aquellas en las que existe una lesión orgánica cerebral conocida. Esta clasificación es aún
de uso corriente.
El origen de la palabra "neurosis" nos evidencia cómo se pensaba que estas perturbaciones tan frecuentes,
en la que no se encontraban lesiones, eran productos degenerativos. El sufijo "osis" significa degeneración, en este caso referida a las propiedades de la inervación.
La psiquiatría taxonómica constituye el primer jalón científico importante de la psicopatología. Se le deben
minuciosas descripciones semiológicas y las primeras clasificaciones de la enfermedad mental.
PSICOPATOLOGÍA FENOMENOLÓGICA
Para referirnos a este enfoque, marcaremos una fecha: la publicación de la "Psicopatología General" de Karl
Jaspers, en el año 1911.
La psicopatología fenomenológica se ubica en las corrientes del empirismo moderno, a diferencia de la
anterior, ubicada en el empirismo ingenuo, familiar o fenoménico.
Persigue la aprehensión de las vivencias, de lo subjetivo de la vida psíquica anormal. Toma al enfermo
como sujeto de su enfermedad; y da a su conducta un sentido que puede inteligirse.
Una cosa es describir objetivamente los modos de manifestarse de un síntoma, aun explicarlo con una teoría satisfactoria, y otra investigar el proceso psíquico subjetivo de ese sujeto durante el síntoma. Esto se hace mediante la "comprensión" fenomenológica intersubjetiva; es un método intuitivo.
Según Jaspers, la fenomenología "... tiene la misión de presentarnos intuitivamente los estados psíquicos
que experimentan realmente los enfermos, de considerarlos según sus condiciones de afinidad y de distinguirlos lo más estrictamente posible y de aplicarles términos precisos". Aclara que la palabra fenomenología la usa para el conocimiento de la vivencia psíquica individual dada en la conciencia. Es un sentido más estrecho, señala, que el que le había dado Hegel para la totalidad de las manifestaciones del espíritu. Es compatible, agrega, con la interpretación dada por Husserl al principio, para designar la psicología descriptiva de las manifestaciones de la conciencia.
Lo que pretende Jaspers, es procurarse un modo particular de aproximación al hombre enfermo, distinto de otros objetos científicos. Siguiendo a Dilthey, delimita dos campos científicos: el de las ciencias físico-naturales y el de las espirituales. A las primeras adjudica los modelos que se basan en la explicación causal de los fenómenos, aplicando a las segundas la comprensión. En éstas la relación no es ya causa-efecto sino motivo-reacción. Esta formulación lleva implícita la idea de libertad que predomina en el territorio de las ciencias espirituales.
Lo importante para el fenomenólogo es la vivencia del paciente, su estado subjetivo: el miedo común se
diferencia de la fobia, por ejemplo, porque en ésta el paciente siente que su miedo es infundado y absurdo. La conducta no es distinta en un nivel observacional.
 
La comprensión fenomenológica consiste en la captación de los estados psíquicos subjetivos a través de un encuentro intersubjetivo, que Jaspers llamó covivenciar. Es lo que normalmente sentimos en la relación con cualquier otro con quien podamos compartir alguna identificación.
Este covivenciar es la base de la comprensión pero no puede aplicarse a todos los fenómenos
psicopatológicos. Con algunos de ellos, los psicóticos, es imposible toda identificación, "no hablamos el mismo
idioma", no existe afinidad empática: éstos van a denominarse incomprensibles. Surge así la primera clasificación de las enfermedades mentales desde el punto de vista fenomenológico, dividiéndolas en comprensibles e
incomprensibles.
Estos fenómenos incomprensibles, también para Freud constituían una barrera peculiar al análisis. Los
consideraba no analizables por su vinculación transferencial, narcisista, que los diferencia marcadamente de los observables en las neurosis de transferencia, que si son analizables.
PSICOPATOLOGÍA PSICOANALÍTICA
A diferencia del anterior, éste enfoque se propuso formular teorías explicativas de los hechos psíquicos,
desde lo psíquico.
Como fecha de referencia citamos el año 1895, de la primera publicación de "Estudios sobre la histeria" de
Breuer y Freud, como iniciación de la corriente psicoanalítica. En ese mismo año, en el "Proyecto de una psicología para neurólogos", escribía Freud: "la finalidad de este proyecto es la de estructurar una psicología que sea una ¡ciencia natural...".
El psicopatólogo psicoanalista utiliza una técnica especial, la regla fundamental: enseña al paciente a
colaborar en la investigación asociando libremente, verbalizando sin ninguna crítica sus pensamientos tal como se van encadenando en su conciencia por banales o absurdos que le parezcan. Esto va a constituír el material, como lo denominaba Freud, que el psicoanalista interpreta.
Con este método descubrió Freud la etiología sexual de las neurosis, los fenómenos de transferencia, los de
resistencia y otros conceptos fundamentales.
Para la psiquiatría clásica, causalidad es causa externa, orgánica en el sentido de lesión. En cambio para el
psicoanálisis, se manifiesta como contradicción intrapsíquica: el concepto de conflicto.
La psicopatología psicoanalítica comenzó fundándose en las series teóricas correspondientes al trauma, la
defensa, y el retorno de lo reprimido. Con la complejización de la teoría podemos señalar cuatro problemas clínicos fundamentales que Freud estudió en todas las organizaciones psicopatológicas:
a) la teoría de las fijaciones.
b) la teoría de los complejos de Edipo, de Castración
y la trama identificatoria.
c) la teoría de las defensas.
d) la teoría de las formaciones sustitutivas.
SINOPSIS
Ú
³ Ú
Empirismo ³ ³ Ú
´ Taxonomía ´ Explicación ´ Organicidad
Ingenuo ³ ³ À
³ À
À
Ú Ú Organicidad
³ Ú Lo Explicable ´
Empirismo ³ ³ À Causa - Efecto
´ Fenomenología ´
Moderno ³ ³ Ú Comprensión
³ À Lo Comprensible ´
À À Motivo - Reacción
Ú
³ Ú
Raciona- ³ Psicopatología ³ Ú Conflicto
´ ´ Explicación ´
lismo ³ Dinámica ³ À Intrapsíquico
³ À
À
FENOMENOLOGIA
Estudiar la aplicación de la fenomenología a la psicopatología, exige siempre un esfuerzo determinado por la estirpe filosófica de la técnica. En esta tarea no es posible prescindir de la filosofía, sin embargo, es necesario señalar una separación de caminos respecto de los que sigue ésta en relación a los que recorre la psicopatología.
Los primeros pasos hacia una sistematización fenomenológica en psicología los dio Husserl, precedido por Brentano y Lipp. En este sentido el método no se satisface con "comprender" como mera experiencia ingenua, sino que necesita promoverse al nivel de conocimiento comunicable, investigando y argumentando con rigor.
Los métodos para realizar un análisis fenomenológico son, para Jaspers, de tres clases:
1) Observación de los gestos, la conducta,y los movimientos expresivos del paciente.
2) Exploración de sus experiencias mediante preguntas directas y por el relato espontáneo.
3) Autodescripciones escritas, frecuentemente valiosas.
Acercándose así a la vida psíquica del paciente, la primera impresión es confusa, de fenómenos
constantemente cambiantes. El primer objetivo será captar y delimitar algunos ítems particulares para una
descripción clara que permita aislar, hacer abstracciones de observaciones relacionales, y presentar como realidades sólo los datos mismos sin intentar entender cómo han surgido: un enfoque precientífico que sólo quiere ver bien, no explicar.
Jaspers clasifica tres grupos de fenómenos empíricos subjetivos:
a) Fenómenos comprensibles
Compartidos por todos, a partir de la propia experiencia. Por ejemplo falsificaciones de la memoria, emociones, ideas fijas, etc...
b) Fenómenos de transición
Son las exageraciones y distorsiones de fenómenos normales. Por ejemplo el éxtasis de algunas psicosis
agudas, las pseudoalucinaciones, los impulsos perversos.
c) Fenómenos incomprensibles
Se distinguen por su inaccesibilidad a la comprensión. Por ejemplo la alucinación o el delirio.
FORMA Y CONTENIDO
PATOGENIA Y PATOPLASTIA
Para los fenomenólogos la esencia de la conciencia es su intencionalidad. El objeto de la fenomenología es
la forma de la intencionalidad misma, el tema es accesorio.
La fenomenología estudia la forma de la vivencia. Lo esencial de un delirio místico, por ejemplo, no es su
tema religioso, sino la modalidad peculiar de asociar "sin motivo comprensible". O, en una obsesión, lo principal es el modo inoportuno de imponerse una idea considerada absurda.
Para Kurt Schneider, la forma de la vivencia es lo patogénico e invariable mientras que el contenido
temático es lo patoplástico y variable.
CUALIDAD Y CANTIDAD
Al separar netamente los fenómenos psicopatológicos en comprensibles e incomprensibles, se marca una
diferencia tajante, un salto empírico de orden cualitativo entre las neurosis y las psicosis.
Lo cuantitativo y gradual está presente sólo en lo comprensible, es decir, las neurosis y desarrollos en
general. Estos fenómenos son variedades cuantitativamente anormales del modo de ser y no constituyen verdaderas enfermedades. Alguien que ha perdido un ser querido y se encuentra con una gravísima depresión tiene una
reacción vivencial anormal pero no es una psicosis. Es comprensible aunque desmesurado.
Si el fenómeno psicopatológico de que se trata, es en cambio, un delirio y lo que nos evidencia el paciente
es el intenso sentimiento de que va a ser objeto de un atentado porque observó que todos lo miran; nos dice que no puede pensar, que todo le es dictado por los demás, que le imponen sus pensamientos; que cuando quiere tener un pensamiento propio se lo roban y adivinan lo que tiene en la cabeza; que además él no está enfermo sino que esto es algo que le hacen, que ya no es dueño de sí mismo sino una especie de autómata.
Entonces el psicopatólogo siente una barrera. Describe un fenómeno psicopatológico incomprensible que
sólo puede explicar. Si el modelo es organicista, hablará de lesión y si es psicoanalítico, de regresión y conflicto inconciente.
 

 
 
   
 
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